Es una condición clínica con impacto directo en la calidad de vida del paciente, siendo una incomodidad, que puede interferir en las actividades profesionales y sociales.
Se puede tratar mediante la aplicación BOTOX®, toxina botulínica Tipo A. Esta toxina realiza un bloqueo temporal de los mensajes procedentes de los nervios simpáticos que ordenan a las glándulas sudoríparas a producir sudor. Se considera un procedimiento rápido, seguro y eficaz.
Con ello se logra la normalización del sudor axilar, palmar y plantar. Con una duración promedio de 6 a 10 meses aproximadamente.